Sábado 9 a.m, muy poca gente en el centro. De pronto, llegando a una esquina advierto un tumulto: voces, música, un gran despliegue de autos y movimientos. Al llegar compruebo que las personas bailan, es una gran coreografía, una puesta en escena con niños, señores con maletín y señoras en trajes. Entre enormes proyectores, dos o tres grúas con equipos de filmación, una jóven da indicaciones: "con más entusiasmo por favor, que se vea natural, sin expresión de alegría". Ahora son los autos que se mueven, también son parte del set, me llama la atención el color de los tres taxis, amarillos como los de New York. Por un instante, un breve suspiro, parece transportarme la magia del cine, todos los autos tienen chapa de New York... un perfecto engaño.
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