¿De qué hablamos cuando hablamos de estructura neurótica, perversa o psicótica de la personalidad?
Estructura deriva del latín structura que viene a su vez del verbo struere. Su primer uso fue en la arquitectura para designar la manera en la que se construye un edificio. En el campo de las ciencias sociales es Ferdinand de Saussure quien le dio relevancia a este término y los fundadores de la escuela de Praga, Troubetzkoy y Jakobson, quienes lo llevaron al campo del pensamiento denominado estructuralista. Esta corriente considera la lengua como un sistema en el cual los diversos elementos ofrecen entre sí una relación de solidaridad y dependencia tal que forman una estructura. En el campo de la antropología es Lévi-Strauss, quien retomando los aportes de Saussure, va a proponer una Antropología estructural. El enfoque metodológico estructuralista se interesará por estudiar las interrelaciones (las estructuras) a través de las cuales se produce el significado dentro de una cultura. De acuerdo con la teoría estructural, dentro de una cultura el significado es producido y reproducido a través de varias prácticas, fenómenos y actividades que sirven como sistemas de significación. Una estructura no es pues una realidad empírica observable sino un modelo explicativo teórico construido como hipótesis.
La noción de estructura en psicoanálisis es posfreudiana y surge a partir de la obra de Lacan, quien elaboró una teoría del inconsciente estructurado como lenguaje. Lacan, a su vez, permite pensar al sujeto inmerso en una relación con un Otro que lo sobredetermina. Es decir, la estructura que Lacan da cuenta se ubica más allá del sujeto, lo preexiste y por tanto es un enfoque netamente estructuralista el que propone. Como señala Torres (2005) el sujeto en Lacan no es un sujeto que está desde el inicio, sino que lo que está allí es el Otro. De acuerdo a cómo se de esa relación con el Otro será el sujeto que encontraremos. El concepto de sujeto en Lacan, muestra que el sujeto está siendo hablado por el Otro. Recibe del Otro un texto, significante, que al tiempo que lo recibe lo mortifica. Lacan lo ilustra con una metáfora de un pez que se traga un anzuelo y para cuando se lo tragó, ya está dentro, ya está hablado por el Otro. Pero aunque no encontramos noción de estructura en Freud, la idea de inconsciente ligado al lenguaje recorre su obra. El inconsciente freudiano es un saber sin sujeto que se ubica y lo determina más allá de su propia consciencia. Por otro lado, el descubrimiento del funcionamiento de la neurosis, como la estructura central, va a ser un punto de referencia constante en su obra para pensar las demás categorías.
Uno de los autores que aborda el tema de las estructuras clínicas desde el psicoanálisis es Joel Dor (2006), para quien la estructura de un sujeto se caracteriza ante todo por un perfil predeterminado de la economía de su deseo, regida esta por una trayectoria estereotipada. Desde el punto de vista de la estructura, el primer momento decisivo es aquel en que se esboza el cuestionamiento de la identidad fálica. Dentro de la economía del deseo del niño es la llegada de la función fálica, y su consiguiente modo de resolución, lo que precipita una modalidad de inscripción singular en el sujeto. La dinámica edípica reposiciona al sujeto en relación a su deseo. La angustia frente a la comprobación de la castración de la madre es el origen de las reacciones defensivas destinadas a neutralizar dicha angustia. Dichas construcciones psíquicas defensivas van a predeterminar y orientar el curso de la economía psíquica del sujeto bajo ciertas modalidades, que para Dor son las que actualmente designamos en términos de estructura psíquica.
Al referirnos a la idea de estructura psíquica, entonces, estamos señalando tanto una modalidad defensiva como una economía del deseo particular, que es posible historizar en el sujeto a modo de trayectorias estereotipadas. La distinción freudiana entre neurosis y perversión, supone una diferencia del punto de anclaje de estas estructuras en la dialéctica edípica, al tiempo que señala las diferencias de las estrategias defensivas implementadas en uno y otro caso. Para el caso de la psicosis, el mismo Freud estaría interesado en encontrar el mecanismo de defensa particular que en un principio conceptualizara bajo el nombre de “renegación”. Será Lacan, quien continuará dicho interés proponiendo el concepto de “forclusión” como la operación defensiva fundante de la estructura psicótica.
Dor, J. (2006). Las estructuras clínicas y psicoanálisis. Buenos aires: AmorrortuEstructura deriva del latín structura que viene a su vez del verbo struere. Su primer uso fue en la arquitectura para designar la manera en la que se construye un edificio. En el campo de las ciencias sociales es Ferdinand de Saussure quien le dio relevancia a este término y los fundadores de la escuela de Praga, Troubetzkoy y Jakobson, quienes lo llevaron al campo del pensamiento denominado estructuralista. Esta corriente considera la lengua como un sistema en el cual los diversos elementos ofrecen entre sí una relación de solidaridad y dependencia tal que forman una estructura. En el campo de la antropología es Lévi-Strauss, quien retomando los aportes de Saussure, va a proponer una Antropología estructural. El enfoque metodológico estructuralista se interesará por estudiar las interrelaciones (las estructuras) a través de las cuales se produce el significado dentro de una cultura. De acuerdo con la teoría estructural, dentro de una cultura el significado es producido y reproducido a través de varias prácticas, fenómenos y actividades que sirven como sistemas de significación. Una estructura no es pues una realidad empírica observable sino un modelo explicativo teórico construido como hipótesis.
La noción de estructura en psicoanálisis es posfreudiana y surge a partir de la obra de Lacan, quien elaboró una teoría del inconsciente estructurado como lenguaje. Lacan, a su vez, permite pensar al sujeto inmerso en una relación con un Otro que lo sobredetermina. Es decir, la estructura que Lacan da cuenta se ubica más allá del sujeto, lo preexiste y por tanto es un enfoque netamente estructuralista el que propone. Como señala Torres (2005) el sujeto en Lacan no es un sujeto que está desde el inicio, sino que lo que está allí es el Otro. De acuerdo a cómo se de esa relación con el Otro será el sujeto que encontraremos. El concepto de sujeto en Lacan, muestra que el sujeto está siendo hablado por el Otro. Recibe del Otro un texto, significante, que al tiempo que lo recibe lo mortifica. Lacan lo ilustra con una metáfora de un pez que se traga un anzuelo y para cuando se lo tragó, ya está dentro, ya está hablado por el Otro. Pero aunque no encontramos noción de estructura en Freud, la idea de inconsciente ligado al lenguaje recorre su obra. El inconsciente freudiano es un saber sin sujeto que se ubica y lo determina más allá de su propia consciencia. Por otro lado, el descubrimiento del funcionamiento de la neurosis, como la estructura central, va a ser un punto de referencia constante en su obra para pensar las demás categorías.
Uno de los autores que aborda el tema de las estructuras clínicas desde el psicoanálisis es Joel Dor (2006), para quien la estructura de un sujeto se caracteriza ante todo por un perfil predeterminado de la economía de su deseo, regida esta por una trayectoria estereotipada. Desde el punto de vista de la estructura, el primer momento decisivo es aquel en que se esboza el cuestionamiento de la identidad fálica. Dentro de la economía del deseo del niño es la llegada de la función fálica, y su consiguiente modo de resolución, lo que precipita una modalidad de inscripción singular en el sujeto. La dinámica edípica reposiciona al sujeto en relación a su deseo. La angustia frente a la comprobación de la castración de la madre es el origen de las reacciones defensivas destinadas a neutralizar dicha angustia. Dichas construcciones psíquicas defensivas van a predeterminar y orientar el curso de la economía psíquica del sujeto bajo ciertas modalidades, que para Dor son las que actualmente designamos en términos de estructura psíquica.
Al referirnos a la idea de estructura psíquica, entonces, estamos señalando tanto una modalidad defensiva como una economía del deseo particular, que es posible historizar en el sujeto a modo de trayectorias estereotipadas. La distinción freudiana entre neurosis y perversión, supone una diferencia del punto de anclaje de estas estructuras en la dialéctica edípica, al tiempo que señala las diferencias de las estrategias defensivas implementadas en uno y otro caso. Para el caso de la psicosis, el mismo Freud estaría interesado en encontrar el mecanismo de defensa particular que en un principio conceptualizara bajo el nombre de “renegación”. Será Lacan, quien continuará dicho interés proponiendo el concepto de “forclusión” como la operación defensiva fundante de la estructura psicótica.
Torres, M. (2005). Clínica de las neurosis. Buenos Aires: Cuadernos del ICBA
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