El semáforo en rojo, unas cuantas personas esperan en la vereda. Al mirar hacia ambos lados se comprueba que no vienen coches... sin embargo nadie atina a cruzar, como es costumbre tan arraigada. Apuro innecesario, mezcla de inconsciencia y de no respeto hacia uno y el otro, de lo público. Abusador abusado: difícil es la experiencia del peatón en la capital, llegar a una esquina y sentirse violentado, aún cruzando correctamente, los autos rara vez le darán preferencia de paso.
Pero aquí y ahora nadie se mueve, extrañamente todos esperando la luz verde, ha vuelto la idea de Respeto perdida!. Dura poco el encanto. Cómo no imaginarlo, es una zona turística de la ciudad y los peatones que esperan hablan portugués o inglés.
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