10 de noviembre de 2009

Una muralla que vaya

El ser humano tiene afición por los muros, desde tiempos inmemoriales y desde oriente a occidente se vienen construyendo muros. Recientemente conmemoramos los 20 años de la caída del muro de Berlín con la cual se dice culminó el siglo XX. Sin embargo la necesidad de construir muros es algo que se mantiene, la capacidad de levantar y derribar muros sigue intacta.





En abril de este año en Buenos Aires por ejemplo, los vecinos derribaron un muro, que se estaba construyendo en un barrio de la ciudad con la clara intención de separar ricos y pobres.
Los muros han servido muchas veces para separar una ciudad del ataque, defenderla del peligro de una invasión y de un enemigo común y externo. Pero otras veces el enemigo se ubica en el interior mismo: se defienden las casas con muros, se construyen barrios privados y countries.
Hace 20 años caía el muro de Berlín, caía la Unión Soviética y el socialismo empezó a perder peso intelectual y político. A partir de allí se impone el neoliberalismo y la sociedad se ve profundamente fragmentada. Ese vacío de ideas que produce es algo que padecemos hasta nuestros días. Seguramente algo de eso, que marcó a toda una generación (la llamada generación X), sea la explicación al por qué hoy día todavía existen y se construyen muros. El muro no se trata de una estética de los 80 ni del fin del siglo pasado. En nuestro siglo, también la razón ha encontrado nuevos fundamentos para crear nuevas separaciones: puede ser en la frontera de Eeuu con México, o en Cisjordania, entre israelíes y palestinos, no importa. El multiculturalismo todavía tiene mucho por delante. Como aquellas publicidades de Benetton tan populares de los 80 y 90. Aquí dejo algunas del año 1989, el mismo año de la caída....














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